Estar vivo no es lo mismo que “ser” vivo. Estar vivo es una condición física. “Ser” vivo o “saberse” vivo es en realidad una elección. Implica levantarse en la mañana con un propósito y no porque “hay que”. Implica hacer algo más que respirar, algo más que protestar compartiendo estados como este en facebook, algo más que hablar inteligentemente. “Ser” vivo es vivir con la mente abierta, con consciencia de la finitud, de la fragilidad, y de que no somos más que apenas un suspiro en la línea del tiempo. Implica escoger y decidir lo que viviremos, lo que haremos y lo que no, encontrando un sentido allí donde hay desierto, y lucidez allí donde abunda el reclamo. ¿No tiene ganas de levantarse por las mañanas? Entonces pregúntese por qué. ¿Hay algo que le molesta? Entonces decida cómo lo cambiará. ¿Hay algo que le parezca injusto? Entonces vea cómo hará justicia. Pero por favor haga algo y no se quede llorando, en el reclamo, o simplemente en la denuncia. Apretar el botón compartir es face es muy fácil. Vivir con coraje no lo es tanto. Levantarse para cambiar algo de su entorno tampoco. Tome una pala y arregle su jardín, quizás el vecino se contagie al ver sus flores. Cuente un cuento a un grupo de niños, quizás por la tarde ellos apaguen la tele para contárselo a su familia. Trabaje con agrado, quizás, al verlo, sus compañeros de trabajo hagan lo mismo. Vaya menos al mall y compre más en lugares alternativos, quizás así logremos que el negocio de la esquina no cierre. Ocupe menos el celular y cultive la conversación 3D, quizás así no perdamos la habilidad de mirarnos a los ojos. No malgaste el agua potable, no compre cosas que no necesita, camine más, sonría más, disfrute más y reclame menos, quizás así podamos sentirnos más vivos, más humanos, y más involucrados. Porque todos podemos hacer algo en nuestro entorno inmediato y levantarnos por la mañana con un propósito claro. Ombligo, 04.sept.2016
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